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viernes, junio 26, 2009

El hombre sin cualidades


Guitar

A principios del 2006 Gilles de Robien, por entonces Ministro de Educación de Francia, afirmaba que: “Las neurociencias establecen respuestas cruciales en cuanto a diversos como: educación, prevención, cuidados, etc. Siendo las cognitivas en especial las que proporcionarían, a su modo de ver, 'el rigor que nos falta' a cuestiones relacionadas con los métodos de enseñanza. Aportarían respuestas firmes, que ninguna 'falsa ciencia' podrá revocar." El ministro concluye con la esperanza de que la investigación encuentre la respuesta a la una de los mayores enigmas de la humanidad: "cómo nacen nuestros pensamientos." El conocimiento y la verdad - destaca - sólo serían accesibles por el método experimental. De esta manera se podrían solucionar “todas” las cuestiones que se plantean a la humanidad. No es descabellado arribar a ciertas conjeturas en torno a los fantasmas que animan al ministro: - El control absoluto como defensa al miedo de lo que podría escaparse. - El lado tranquilizador de una visión mecanicista del ser humano. - En cualquier caso, su observación se basa en una fascinación por las neurociencias, con su concomitante rechazo a todo de lo que pueda hacer perder el autocontrol. Lo que es dable destacar aquí es que la "prueba" científica se convierte en una verdadera obsesión, un dogma, en una pretensión ilusoria de controlarlo “todo” eliminando de un plumazo toda eventual contingencia, y la ciencia se apoderaría del hombre para experimentar un mundo que ya no se enfrentaría a un “abismo”, es decir, a un mundo entregado al pensamiento. El cuerpo queda reducido a una máquina y la ciencia podría un día aclarar sus secretos. ¿La fisiología, la genética, la biotecnología, llegarán algún día a develar dichos secretos?.


Señalemos al pasar que las psicoterapias conductistas buscan su fundamento en la autoridad de la ciencia empírica. “Todo puede ser previsible y controlable”. Esta afirmación está en la base del conductismo y ha guiado la investigación de Skinner. Su tesis fundamental es que la libertad es un concepto que ha de superarse y desecharse ante las evidencias del comportamiento regulado y controlado por las contingencias del medio ambiente que nos aporta la ciencia. Skinner considera que es únicamente mediante la aplicación de este conociemiento que podremos construir una cultura que supere los constreñimientos de la actual.


Analizando las declaraciones de de Robien, una colega mide el riesgo de una ciega aplicación de las neurociencias a la pedagogía, destacando que el objetivo utilitarista y mercantil impregna ya ampliamente la enseñanza. Su crítica, que apunta al proceso de normalización del pensamiento en detrimento de una inteligencia crítica y de una comprensión de la complejidad del mundo -tendencia que se encuentra ampliamente reforzada por la introducción de las nuevas tecnologías en la enseñanza-, guarda estrecha relación con lo que Marcuse denominó el hombre unidimensional. En esta obra Marcuse hacía un diagnóstico lapidario del capitalismo. reconocido como el diagnóstico crítico de nuestra era, porque analizaba las nuevas formas de dominio y de control social. Un aspecto particularmente punzante de su pensamiento está ligado al rol que le otorgaba a la tecnología como organizadora de las sociedades contemporáneas. El hombre unidimensional marcusiano alude al ser incapaz de pensamiento crítico y de actitudes contestatarias. Los medios de comunicación y las industrias culturales, así como las expresiones de la publicidad comercial, reproducen y socializan en los valores el sistema dominante y amenazan con eliminar el pensamiento y la crítica. Los efectos de esta orientación mediática crean un escenario cultural cerrado, unidimensional, que propicia una especie de pensamiento único. Los medios crean una estructura de dominación, bajo la apariencia de una conciencia feliz que inhibe la posibilidad de cambio hacia la liberación. Los medios de comunicación, a través de un lenguaje informal, no dan explicaciones ni ofrecen conceptos, sino que se limitan a aportar imágenes y a imponer un modelo. A pesar de que se lo considere uno de los teóricos más controvertidos del siglo XX, como dice Piscitelli: si Marcuse puede resultar útil para repensar la sociedad de la información es porque en general los teóricos apologistas de estas últimas décadas están demasiados deslumbrados por los avances científicos y tecnológicos.


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