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jueves, julio 02, 2009

Judy Chicago. Iconografías de la diferencia

artista, arte contemporaneo, expo
¿Puede hablarse de un "arte de mujeres"? ¿Existe una "naturaleza femenina" común a todas las mujeres? Estas son algunas de las preguntas que animaron a algunas artistas feministas en la década de los 70. Así, Judy Chicago por ejemplo se abocó a la realización de obras con claras resonancias orgánicas; como "Peeling Back" («Arrancando»), en la que, en torno a una figura redonda, central, se superponen el simbolismo de la flor, la vulva, el corazón y el sol. Una imaginería con una evidente exaltación del útero como medio de plantear de forma radical el problema de la diferencia sexual.

La existencia de una sensibilidad artística específicamente femenina se convertirá en una de las preocupaciones centrales tanto de Chicago como de Miriam Schapiro; quienes en los setenta publican, en autoría conjunta, un artículo titulado "Female Imagery", en el que reivindican la existencia de una imaginería femenina a la que denominan «iconología vaginal». Ambas autoras proponen que al analizar la obra de las mujeres artistas es frecuente que en muchas de ellas aparezca un orificio central, cuya organización funciona como una metáfora del cuerpo femenino. Es el caso de Georgia O'Keefe con sus "misteriosos pasadizos a través de los pétalos negros de un iris"; Lee Bontecou con sus imágenes de cavidades vaginales; Deborah Remintong y sus formas ovoides; Schapiro y sus "agujeros centralizados", Chicago y "sus imágenes circulares".



artista, arte contemporaneo, expo



Si bien lo que estas autoras parecían sugerir es que la aparición reiterada de estas formas vaginales respondía a una especie de expresión inconsciente de la sexualidad femenina, la proliferación de vulvas, círculos, flores, etc., en el arte de los setenta puede interpretarse también como un gesto político, es decir, como un intento de crear una nueva iconografía feminista. Incluso, para muchas artistas de ese entonces, representar el cuerpo de la mujer suponía no sólo la oportunidad de generar autorrepresentaciones alternativas a las definiciones normativas del cuerpo femenino, sino también de revalorizar ciertos aspectos de la expresión corporal de las mujeres - tales como la menstruación o la sexualidad - tradicionalmente desdeñados en el patriarcado.

Este énfasis en lo corporal propugnado por Chicago y Schapiro, será precisamente lo que algunas artistas y teóricas, entre ellas Parker y Pollock, comiencen a cuestionar: "Estas imágenes vaginales se prestan a peligrosos malentendidos. No alteran radicalmente la identificación secular de las mujeres con la biología, ni desafían la asociación de las mujeres con la naturaleza. En cierto sentido, se limitan a perpetuar la definición de la identidad femenina en términos exclusivamente sexuales. " O sea, lo que está en juego aquí es la consideración de las mujeres como cuerpo e incluso como órgano sexual.
Así, ensalzar el universo vivencial de las mujeres no contribuye a subvertir los términos en los que la categoría «mujer» ha sido definida a lo largo de la historia. El problema no consistiría en intentar desenterrar una supuesta esencia de lo «femenino», sino en desvelar cómo el propio concepto de «femineidad» se construye a través del lenguaje y, en general, de la cultura. De ahí que gran parte de la teoría feminista vuelva la mirada, a lo largo de los años setenta y ochenta, hacia la obra de los autores postestructuralistas franceses, y en particular hacia los textos de Jacques Lacan, Michel Foucault y Jacques Derrida.





domingo, junio 14, 2009

La antinomia visión-mirada en un cuadro de Magritte

artista, arte contemporaneo, expo


Para Jacques Lacan el campo visual deja de ser un espejo y se convierte en una pantalla. Con esto explica el desconocimiento como inseparable del proceso de constitución subjetiva, ya que el sujeto nunca puede localizarse en el punto de la mirada. De lo que se desprende entonces, que sea teóricamente incorrecto concentrarse en las identificaciones imaginarias del espectador cuando la emergencia de la alteridad perturba la distinción entre el objeto y el sujeto, «entre lo que veo» y lo que «soy».

La obra de Magritte «Relaciones Peligrosas» puede utilizarse como una metáfora en este sentido. En el cuadro, una mujer desnuda se esconde detrás de un espejo. Pero el espejo, utilizado así como una pantalla, delata su deseo de ser vista, puesto que en el espejo vemos la espalda de la mujer desnuda. Ella se esconde - a través de la mascarada - como femenina mientras desea ser vista como el falo. Solicita la mirada mediante una afectación de modestia, pero la pantalla-espejo no solo no oculta sino que revela lo que no debería: que en su mascarada femenina ella es fálica.
Una primera asociación que surge en este punto consiste en la relación antinómica de la mirada y la visión como la articula Lacan. La visión, es decir el ojo que ve el objeto, está del lado del sujeto, mientras que la mirada está del lado del objeto. Cuando miro un objeto, en realidad es el objeto el que está siempre mirándome de antemano, y desde un punto en el cual yo no puedo verlo.

Esta antinomia visión-mirada se pierde en la pornografía, precisamente porque la pornografía es intrínsecamente perversa; como señala Zizek, su carácter perverso no reside en que llega al final y nos muestra todos los detalles obscenos; sino que el espectador es forzado a priori a ocupar una posición perversa. "Contrariamente al lugar común de que en la pornografía el otro (la persona mostrada en la pantalla) es degradado a la condición de un objeto de nuestro placer voyeurista, debemos subrayar que es en si el espectador el que ocupa la posición del objeto: los sujetos reales son los actores de la pantalla que tratan de excitarnos sexualmente, mientras que nosotros, los espectadores, somos reducidos a la condición de mirada-objeto paralizada."*






sábado, febrero 02, 2008

Cristina García Rodero - Rituales en Haití



Contemplar las fotografías de esta exploradora de almas se convierte en algo casi místico. Veinticinco de ellas, de un total de sesenta que forman la colección completa de The Black Rock City, cuelgan estos días de las paredes de la Galería Juana de Aizpuru. Todas en gran formato, todas en riguroso blanco y negro: amo el color y lo trabajo, ¡soy pintora!, afirma entusiasta, pero el blanco y negro me da más libertad técnica, y lo prefiero porque se aleja de la realidad. Es más misterioso y poético.



Las imágenes fueron tomadas en el desierto de Nevada entre 1999 y 2003 durante la celebración del Festival Burning Man” al que algunos llaman el Woodstock del siglo XXI. Una gran carpa sirve de punto de encuentro, la gente llega de todas partes en sus coches y caravanas. Cada uno parece desempeñar un papel en una gran representación. El viento y el polvo del desierto parecen transformarlos en espíritus danzantes. Disfraces de fantasía, cuerpos semidesnudos en bicicleta, armatostes móviles... Da la impresión de que puedes encontrarte allí cualquier cosa, además de muchas incomodidades que a nadie parecen importar: sólo se vende té, café, hielo y limonada, y no hay ni una ducha, sólo inodoros portátiles. El resto se lo lleva cada uno como puede. Toda esa mezcla de arte, calor, sudor y barro, al atravesar el objetivo de García Rodero, se convierte en misterio y poesía.


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Una amiga que residió en San Francisco le había hablado de aquel lugar, al que llegó por primera vez en un coche alquilado desde Reno, casi de milagro, sin saber inglés, con los datos que publicó equivocados una revista francesa. Era el día en que terminaba la semana que duraba el festival. “Desde entonces vuelvo siempre que puedo”, comenta, suelo volver a los lugares que considero que tienen interés, y si el tema que trato lo requiere. A lo mejor viajo para hacer unas pocas fotos y me quedo para hacer un libro.


Su vida es un viaje constante. Siempre trabajando. El día anterior a esta entrevista regresaba de Marrakech, a donde marchó nada más terminar de montar la exposición. Es de entender que cuando no trabaja no desee llevar ninguna cámara encima, que no le guste el autorretrato “me tengo muy vista”-, o que no suela prodigarse con fotos personales, porque alguien que vive de hacer fotos, ¿toma fotos en sus vacaciones con su familia? Tengo pocas vacaciones, y a la familia le hago fotos por algo especial, por tener un recuerdo de un lugar, o de ese paso por una determinada edad... Las hago como regalo.

Muchos lugares la han marcado, el último, Haití, por la situación tan horrible y grave del país. Las imágenes que tomó poseen una fuerza sobrenatural. Allí trabajó entre 1997 y 2003, año en que tuvo que dejarlo por una dolencia en sus ojos, su brújula para trabajar, que si bien no le ha impedido seguir fotografiando, sí le ha frenado en algunos proyectos. Afortunadamente para ella y para nosotros está mucho mejor.

Pero en realidad no son los lugares lo que la atraen: me interesan las personas, comenta. Hay lugares geográficamente especiales, pero me interesan si la gente que vive allí los transforma, como la Ciudad de Lalibela, en Etiopía. Según la leyenda a comienzos del siglo XIII el rey Lalibela, envenenado por su hermano y en su inconsciencia al borde de la muerte soñó que Dios le ordenaba construir iglesias hechas de una sola piedra. El sueño que al recuperarse hizo realidad era construir una nueva Jerusalén, conquistada por los musulmanes. Hoy en día siguen allí las once iglesias enteramente excavadas en la roca, a orillas de un rebautizado río Jordán, y son visitadas cada año por entre 20.000 y 50.000 peregrinos. En realidad todo lo que tenga que ver con lo espiritual le interesa. También otro lugar de peregrinación como es Kumba Mela, en India, la impresionó de forma especial.





Por Javier Agustí
Fotos: Cristina García Rodero

sábado, enero 19, 2008

Balthasar Klossowski de Rola, Balthus


Balthus (Balthasar Klossowski de Rola) aplicó lo que Claude Roy denomina el ‘enlucido balthusiano’ a la restauración e incluso a la decoración de la Villa Médicis, sede de la academia de Francia en Roma, que dirigió entre 1961 y 1977 por nombramiento de André Malraux (que era ministro de cultura en la Francia de aquel tiempo). Se trataba de una mezcla de dos o tres colores aplicados con esponja o con brocha. Así se obtiene un colorido que transmite la sensación de una especie de vibración ahogada, de una superficie ‘viva’.


Horace Vernet, su predecesor en el cargo había encargado en 1830 la instalación de una estancia turca decorada a la moda oriental en el piso elevado de la Villa Médicis. Allí pintaría Balthus ‘la habitación turca’, la japonesa con espejo negro, y ‘la japonesa en mesa roja’, cuadros en que el artista quiso reconciliar la perspectiva occidental con la visión oriental.



Malraux (novelista, arqueólogo, teórico de arte, activista político), no satisfecho con nombrar a Balthus para el cargo en Roma, decidió enviarlo a Japón a organizar exposiciones de arte francés. En el país del sol naciente el pintor conoció a Setsuko, la interprete que acabaría por ser su modelo, su amante y su esposa. Fue ella quién posó para los tres lienzos citados, y sería ella quién le transmitiría, en su último viaje desde la Villa Médicis al gran chalet de Suiza, la recomendación de un poeta de Edo para aquel pintor de ‘cosas estancas’: debía pintar ‘debía pintar retratos del artista mediante objetos interpuestos’.



En ‘La habitación turca’, Setsuko posó como odalisca en la estancia árabe y todos los detalles del cuadro reflejan, a modo de filigrana, la presencia del artista. La estancia soñada por Horace Vernet que sirvió de decorado para la tela era representativa del orientalismo en boga en la época de ‘Baño turco’ un lienzo pintado por un Ingres…


octogenario en 1863, exactamente cien años antes de que Balthus comenzara ‘la habitación turca’ (en 1835, Ingres había sucedido a Verne en la dirección de la Villa Médicis).

El desnudo de Balthus es de hecho un homenaje a los admiradores de Ingres. El lienzo cierra infinidad de símbolos femeninos, como el espejo de metal japonés pulido, que representa el alma femenina en Oriente, o el plato con huevos, también iconos femeninos, colocado ante la ventana, la copa y el jarrón situados sobre una mesa redonda podrían considerarse un tributo a Giorgio Morandi, el maestro italiano del bodegón fallecido en 1964 (mientras Balthus realiza ‘la habitación turca’), quién había adoptado una técnica parecida a la de Balthus.

Setsuko posó asi mismo para ‘Japonesa con espejo negro’ ‘Japonesa en mesa roja’, dos telas que beben del género pictórico japonés denominado Shunga, en el cual la imagen erótica simboliza el renacimiento de la primavera.


No obstante , mientras que la tradicción aboga por figuras exiguas, Balthus optó por crear grandes planos, a la manera de las obras de Utamaro de finales de la década de 1790. El momento retratado podría denominarse ‘después del amor’; la joven se acerca el espejo para comprobar si el amor la ha vuelto más bella, más deseable.

Balthus había sentido inclinación por el arte oriental desde su tierna infancia. Con apenas trece años leyó un libro sobre China y su pintura que le marcaría para toda la vida. Desde entonces demostró una pasión desmedida por todo lo procedente de Extremo Oriente y, a través de la lectura, descubrió la obra y la vida del maestro taoísta Tchuang.

Rilke quedó absolutamente conmocionado al contemplar lo que describió en una carta dirigida al joven Balthus como ‘esos dibujos con los que habéis acompañado vuestros recuerdos de la novela china’ y, apreciando que el joven mostraba un ‘instinto artístico’ tan profundo que ‘la invención era arrebatadora y de una facilidad que daba fe de la riqueza de vuestra visión interior’ se convenció de que, a partir de aquel momento, la pintura sería la vocación de su joven amigo.

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Balthus, quien había pasado gran parte de su infancia en Saboya, en el valle suizo de Busey, encontraba aquellas montañas parecidas a las reproducciones de los paisajes de la dinnastía Song que había contemplado en su libro.

Desde entonces, observó las montañas suizas con los ojos de un paisajista chino y los incontables paisajes que pintó a lo largo de su carrera, desde ‘La Montaña’ a ‘Paisaje de Champrovent’ o el campo arbolado de ‘El campo triangular’ , compartieron una versión perfilada por las estampas de, entre otros los paisajistas japoneses Hokusai y Hiroshige, de quienes adoptó las técnicas de sombreado y perspectiva inclinada.

‘Durante mi infancia y adolescencia’, confiará a Philippe Dagen, ‘cuando vivía en el campo, contemplaba las montañas, la nieve y el invierno por la ventana. En la pintura japonesa descubrí esa misma contemplación de la naturaleza. Y de ahí nació mi pasión por el Extremo Oriente. No es que me haya vuelto de afiliación japonesa; lo que ocurre es que comparto con la cultura nipona un tipo de mirada y me ha conmovido reconocerla, pero no se trata de ninguna influencia.



Tchuang-Tseu que nos sugiere ser semejantes a un espejo…

”’ El espejo perfecto ve todo pero no retiene nada. No nombra nada, no compara nada, no juzga nada, no rechaza nada, no deforma nada. Tales son los factores esenciales de la atención justa. Su práctica conduce a una agudeza de percepción intensamente concentrada en la momentaneidad de cada instante presente”’

En la parte inferior del retrato a lápiz de Michelina (1976) que dedicó a su hijo Sanislas, Balthus transcribió la estrofa con la que Lewis Carroll concluye Alicia a través del espejo:

”’Y aunque la sombra de un suspiro
quizá lata a lo largo de esta historia,
añorando esos ‘alegres días de un estío de antaño’,
y el recuerdo desvanecido de un verano ya pasado…
no ajará en su infeliz aliento

viernes, enero 18, 2008

Ralph Ueltzhoeffer





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Anonimity

Ralph Ueltzhoeffer

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Ralph Ueltzhoeffer

Angelina Jolie

lunes, enero 14, 2008

Rosemarie Trockel










Figura clave del arte contemporáneo alemán, Rosemarie Trockel (n. 1952) irrumpió en una escena artística ampliamente dominada por grandes figuras masculinas hacia fines de la década del ’70, que incluía a Anselm Kiefer, Martin Kippenberger, Sigmar Polke, y Gerard Richter, entre otros. Desde temprano, en compañía de Mónica Spruth, primero colega artista y luego su galerista, se interesó en el lugar de la mujer tanto en el mundo del arte como en la vida cotidiana. Frecuentemente viajaban a Nueva York, ciudad en la cual la mujer artista cobraba una voz cada vez más vigorosa, como en los casos de Barbara Kruger, Jenny Holzer, o Cindy Sherman, todas notoriamente activas y visibles.


 


Rosemarie Trockel, artista, fotograf�a, dibujo, assemblages, instalaciones


 


En esa época, Trockel ya era una prolífica dibujante, al tiempo que realizaba sus primeros films y esculturas, que ocuparían gran parte de su producción en la década del ’80 junto a sus emblemáticas Pinturas tejidas. Por su parte, los ‘90 serán años de contínua indagación en el dibujo, la instalación, y el video, las disciplinas principalmente presentes en esta exposición.


 


Rosemarie Trockel, artista, fotograf�a, dibujo, assemblages, instalaciones


 


 


La exposición Rosemarie Trockel incluye una selección representativa del dibujo y el video en Trockel, así como sus Pinturas tejidas (1992, 2002) y la prominente Máquina de Pintar (1990). Dibujo y video son aquí tanto obras en sí mismas como medios de exploración y propuestas, donde puede apreciarse la indagación de Trockel en los temas que principalmente la motivan. Entre éstos, la metamorfosis ocupa un lugar central.


 


 


Rosemarie Trockel, leben-heisst


 


 


 


De imagen en imagen, Trockel transmuta al hombre en mono, al mono en hombre, al hombre en celebridad o incluso en monstruo o en animación. Es notorio el caso de su video Buffalo Milly + Billy (2000), donde no sólo se da un fluir de irónicos hombres-monstruos cuyos disfraces remiten al mundo infantil (o incluso primario), sino que aquí el dibujo se superpone al video convirtiendo a la filmación en una fascinante animación. Este constante devenir, tanto del hombre como del medio utilizado, refieren a la imposibilidad de establecer con certeza una identidad fija.


En la serie de dibujos “B.B./ B.B.” (1993), Trockel trata el tema puntual de la identidad. Estos dibujos combinan los retratos de Bertold Brecht y Brigitte Bardot, posibilitando la creación de una imagen intermedia, “entre” estas figuras. Y al mismo tiempo, en estas obras, Trockel explora una temática que le fascina: el fenómeno de la celebridad, que como la marca, o el logotipo, son signos fuertes, cargados, y así perfectos para la deconstrucción que la artista procede a realizar sobre los mismos.


 


 


Trockel se resiste al dogma, en todas sus variantes, cuestionando preconceptos y lugares comunes. Entre sus exploraciones, cuestiona fervientemente dos situaciones: las categorías legitimadoras del sistema del arte, y los estereotipos construidos en torno a lo femenino.


 


En sus numerosos dibujos, Trockel invalida la noción de estilo, al proponer giros entre uno y otro, al pasar del comic al documento a la ilustración, o de la pincelada suelta al puntillismo. Así se niega a ser encasillada en una caracterización estática que pueda ser legitimada. Pero asimismo, en su Máquina de Pintar (1990), Trockel cuestiona los mecanismos de autoría en la pintura. Con su marco de hierro del cual cuelgan numerosos pinceles realizados con cabellos de sus colegas artistas - cuyos nombres aparecen identificados- la Máquina de Trockel produce dibujos que contienen las marcas de ocho pinceles / cabellos en simultáneo. Así debate irónicamente la noción de “marca de autor” en tanto instancia legitimadora del arte, mientras establece la paradójica posibilidad de la obra grupal bajo su propia autoría.


 


A través de la referencia a la máquina, Trockel cuestiona la situación de la mujer en el arte y en la vida cotidiana. Pues la artista constantemente revierte los preconceptos de lo mecánico como masculino, y lo artesanal como lo femenino, cuando en sus obras propone cruces entre estos conceptos usualmente disociados. Por ejemplo, sus Pinturas tejidas están realizadas mecánicamente a partir de un diseño digital.


 


Así, Trockel une el tejido típicamente asociado al mundo de la artesanía femenina, con la máquina, aquella instancia asociada al trabajo del hombre. Y postula la posibilidad de una mujer conceptualizada desde el mundo del trabajo.


 


 



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Descoloca tanto una como otra referencia para tornarlas sinsentidos. Y aplica estos cruces entre géneros constantemente, como cuando recurre a la moda o al peinado para explorar tipologías sociales; o cuando aplica la clave minimalista—en un gesto típicamente masculino—a obras con hornallas eléctricas asociadas al mundo de lo femenino.


 


En la obra de Rosemarie Trockel estamos frente a una postura entre femenina y feminista, siempre distante y objetiva respecto de su sujeto de estudio. Esta distancia Brechtiana le permite proponer contínuamente una resignificación de lo dado, de lo legitimado y establecido, para postular la transformación misma y el continuo cuestionamiento como claves de su concepción del mundo.


 


 



 


 

sábado, enero 12, 2008

Piero Manzoni




















Piero Manzoni nació el 13 de julio de 1933 en Soncino (cerca Cremona, en el centro de la Llanura Padana). Creció en Milán, y las vacaciones veraniegas las transcurrió a Albisola Marina, en Liguria, donde la familia frecuentaba Lucio Fontana, el fundador del Spazialismo.


Piero Manzoni firma una Escultura viviente, 1961


En 1956 debutó en la "Fiera Mercato" del Castello Sforzesco de Soncino. El año sucesivo participó a la exposición "Movimento arte nucleare", en la Galleria San Fedele de Milán: pintó siluetas antropomorfas y cuadros con huellas de objetos. Además realizó los primeros Achromes

("Superfici acrome", 1957), grandes superficies blancas embebidas de cola y caolino (una arcilla blanca empleada por la producción de la cerámica).

En 1958 expuso con Lucio Fontana y Enrico Baj. Empezó la colaboración con Enrico Castellani y Agostino Bonalumi. En 1959 fundó el periódico "Azimuth" y la Galleria Azimut.

El estilo de Manzoni se volvió siempre más radical. Superó la superficie del cuadro y propuso una serie de obras provocatorias, intolerantes respecto a la tradición:


  • las Líneas ("Linee") trazadas sobre tiras de papel, enrolladas y encerradas en un tubo de cartón (la más larga mide 7.200 m. y fue creada a Herning, en Dinamarca, en 1960, gracias al mecenazgo de Aage Damgaard);

  • las Bases mágicas, pedestales encima de las cuales cualquiera que se ponga puede volverse una obra de arte;





El 21 de julio de 1960, Piero Manzoni presentó en la galería Azimut una de las performance más afamadas: la Consumición del arte dinámica del público devorar el arte ("Consumazione dell'arte dinamica del pubblico divorare l'arte").

El artista firmó con la huella del pulgar algunos huevos duros que vendrán consumidos en el lugar mismo por el público.


En 1961, Piero Manzoni, firma por primera vez algunos seres humanos transformandoles en Esculturas vivientes ("Sculture viventi") y puso en venta las 90 cajitas de Mierda de artista

("Merda d'artista").



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Al año siguente projectó con el editor Jes Petersen un libro da las páginas blancas: "Piero Manzoni. La vida y los trabajos".


El 6 de febrero de 1963, Manzoni murió de repente por infarto en Milán, en su taller.


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Piero Manzoni
a cura di Germano Celant
Napoli, 19 maggio – 24 settembre 2007


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La mostra, curata da Germano Celant, intende offrire, ad un decennio dalla sua ultima antologica, una nuova rilettura del percorso creativo di Piero Manzoni attraverso le diverse fasi della sua breve ma intensa carriera - dal 1956 al 1963, anno della sua prematura scomparsa - e il suo contesto storico.



Le circa 200 opere, provenienti da collezioni pubbliche e private europee e nordamericane, documentano la sua ricerca pittorica a partire dai catrami e dalle impronte di oggetti fino a tutte le tipologie di Achromes. Il termine da lui coniato - letteralmente non-colore - esprime la distanza che separa il suo lavoro sia delle istanze irrazionali e gestuali dell’Informale che dalla pittura monocroma a lui contemporanea, per affermare il valore primario dei materiali utilizzati, dal caolino al gesso, dalla tela al peluche, dalla fibra naturale in cotone a quella artificiale in vetro, dall’ovatta al polistirolo. L’aspetto concettuale del suo fare è testimoniato, inoltre, dalle Linee, tracciate, dal 1959 al 1961, su rotoli di carta di varie lunghezze e poi racchiusi in scatole cilindriche, mentre il suo interesse per il corpo umano quale produttore di segni e tracce da impiegare in arte si concretizza nei Fiati d’artista e nelle scatolette di Merda d’artista.






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jueves, enero 10, 2008

Gyula Kosice

Nacido bajo el nombre de Fernando Fallik el 26 de abril de 1924 en Kosice, Checoslovaquia (antes Hungría). Poco después de haber nacido, sus padres emigraron a la Argentina, donde se establecieron.




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Utilizó como nombre de artista su ciudad natal. Fue uno de los iniciadores del arte abstracto no figurativo en América Latina. Utilizó, por primera vez en el plano mundial, el agua y el gas neón como parte de sus obras artísticas. También se valió de otros elementos novedosos en el ambiente como la luz, y el movimiento.



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La década del 40 constituyó la fase inicial de su producción, marcando un hito dentro de la historia del arte argentino. En ese momento surgieron tendencias artísticas que afirmaron una estética científica basada en la ideología materialista. Además, plantearon la construcción de una pintura no figurativa, tendiente a cuestionar el concepto de representación vigente. Fueron hechos clave en esa época, la aparición de la revista Arturo en 1944, y las exposiciones tituladas Arte Concreto Invención y Movimiento de Arte Concreto Invención. Ambas organizadas en la casa del psicoanalista Pichón Rivière y de la fotógrafa Grete Stern , respectivamente, en 1945. De las mismas se desprendieron el movimiento Madi , la Asociación Arte Concreto Invención , y luego el Perceptismo fundado por Raúl Lozza.

En ese contexto, Gyula Kosice ingresó en la escena del arte, haciéndose reconocido por sus escritos y manifiestos pero, fundamentalmente, por su vastísima producción plástica cuyas referencias se hallaron en los movimientos de arte abstracto-constructivos europeos.



Kosice




Fue cofundador de la revista Arturo , junto con Carmelo Arden Quin, Edgar Bayley y Rhod Rothfuss. En esa publicación, que contó con un número único, gran cantidad de artistas y poetas pusieron en evidencia las primeras premisas de una nueva modalidad de creación. Referenciales para ciertas vertientes del arte contemporáneo, al preconizar el acto de inventar ante el hecho representativo de la imagen.
Además, en esa edición, el artista publicó un artículo donde polemizó contra el automatismo surrealista y también abogó por la teoría del marco recortado.



Luego de haber participado en esas primeras actividades grupales poco unificadas y escindidas por diferentes posicionamientos dentro de la práctica no-figurativa, en 1946 creó el movimiento Madí junto con Arden Quin, Martín Blaszko y Rothfuss. El grupo, enfrentándose al estatismo del arte concreto, se destacó por la realización de piezas cuyas estructuras formularon un intento por neutralizar las diferencias entre pintura y escultura, a partir tanto de la invención del marco recortado como de las búsquedas formales más relacionadas con la invención y lo lúdico.



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Dos espacios. Pintura Madí pertenece a ese período de creación del autor. En la obra se articularon los planteos que realizó en 1948, en la revista Arte Madí. Allí, defendió la importancia del marco irregular, de la pintura articulada y también de la escultura con movimiento articulado, lineal, desplazable y universal. Entre otras cosas, planteó la concepción de un espacio físico, distinto de la representación que se tiene del mismo mediante la experiencia visual.
La revista se editó hasta 1950 pero el grupo se subdividió en 1947. Fecha a partir de la cual, Kosice y Rothfuss transformaron el nombre Madí en Madimensor.


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En Relieve-distensión , el artista continuó con su planteo estructural del marco recortado y la generación de movimiento a partir de la superposición de planos marcados con líneas, curvas y concavidades.



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Con posterioridad a esa etapa realizó estructuras lumínicas, donde por primera vez, se empleó el gas neón. Tríada forma parte del conjunto de obras en las que la luz comenzó a ser el elemento primordial, generando un importante juego de reflexión y refracción entre las partes de la obra, el ambiente y el espectador.


También fue precursor de la escultura hidráulica, en la que dispuso del agua como elemento esencial de la construcción.

Recientemente, ha transformado su taller en un museo que recorre su obra desde la década del 40 hasta la actualidad.
Además de la intensa producción plástica, ha publicado libros de ensayo y poesía a lo largo de su trayectoria artística.



Kosice




En 1984 fue Miembro Honorario de la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos, y fue nombrado Caballero de las Artes y las Letras por el Gobierno de Francia, en 1989.


En 1997, fue declarado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.


Realizó numerosas exposiciones tanto individuales como colectivas, en diversas ciudades del mundo.


Ha recibido, entre otras, las siguientes distinciones: Medalla de bronce Expo-internacional de Bruselas 1958, Primer Premio Nacional de Escultura, ITDT 1962, Premio Adquisición MNBA 1962, Premio FNA a la mejor producción 1970-71, Diploma Académico de Italia, Parma-Italia 1980, Premio Konex de Platino 1983, y Premio a la Trayectoria , FNA 1995.